Hace mucho tiempo que quería escribir este post pero no tenía clara mi postura.
Estoy en la peluquería esperando a que suba el tinte y he decidido intentarlo, a ver qué me sale 🙂
Recuerdo un post que escribí en un blog que tuve cuando era una estudiante de Periodismo, con esperanzas y sueños. El blog se llamaba Beriodismo (de Bea y Periodismo. Como ves mi genialidad no tiene límites xD). Total, que me lío. Que el post iba de la suerte y de que estaba harta de que me dijeran que me iba bien porque tenía suerte.
Siempre he pensado que el esfuerzo y el trabajo duro es la clave de todo. Puedes tener suerte pero si eres un despojo humano de persona, no prosperarás.
Para reforzar mi teoría, tengo en mi mesa esta lámina de Pedrita Parker que me encanta y que refleja muy bien cómo he pensado siempre que funcionan las cosas.
Sin embargo, el otro día una amiga mía publicó una storie en Instagram en la que ponía esta imagen y decía que estaba harta de verla. Que no todo es suerte, porque más que ella se esforzaba… Y no conseguía llegar a donde quería, aunque no paraba de pelear y de intentarlo.
Eso me hizo pensar bastante porque no venía de alguien cualquiera de internet. Lo puso ella que sé de buena tinta lo curranta que es y lo mal que lo ha pasado.
Entonces, ¿esforzarse no es suficiente? ¿Trabajando duro no se consiguen los objetivos? La Bea del pasado se revuelve inquieta jaja
¿Existe la suerte?
Pensando sobre ello creo que es una mezcla de todo. Está claro que el esfuerzo es importante pero la suerte también es la clave, en el sentido del contexto y las oportunidades.
Por ejemplo, mi amiga y yo estuvimos en la misma empresa y las dos trabajamos igual de duro. No obstante, yo tuve la suerte de tener un responsable que supo ver algo en mí y apostó por ello.
Ella no tuvo esa suerte, pero no quiere decir que lo mereciera menos o que no se esforzara al máximo. Ni tampoco me quita mérito a mí, porque yo también curré duro. Simplemente el contexto, las circunstancias y las oportunidades no fueron las mismas.
Relacionado con el esfuerzo, te quería contar otra anécdota. Estuve en una empresa de prácticas mientras estudiaba Periodismo y entramos varios becarios. Cobrábamos poquito, pero en aquella época poquito era todo un logro. Cuando pasaron unos 3 meses me llamó el director a su despacho y me dijo que estaban muy contentos conmigo y que querían doblarme el sueldo. Me pidió discreción porque era la única alumna en prácticas a la que iban a aplicar esta subida.
Yo, en mi línea, fui al despacho de mi jefa llorando a mares y dando las gracias porque pensaba que no me lo merecía. Yo estaba haciendo mi trabajo como tantos otros. Y mi jefa me dijo algo que nunca olvidaré: “Bea, tú no sabes lo que vales. Crees que la forma en la que tú trabajas es lo normal porque no concibes otra forma de hacerlo, pero no lo es. ¿Sabes las personas que han pasado por aquí de prácticas? No te haces una idea de lo irresponsable que es la gente”.
Y claro yo diciéndole que todo eso eran casos puntuales, que lo normal es implicarte y hacer bien tu trabajo, y me dijo: “Aunque no te lo creas, eso no es lo normal”.
En este caso, mi esfuerzo y entrega tuvieron recompensa pero también porque di con las personas adecuadas. Yo era una simple alumna en prácticas que iba a estar allí 6 meses, no tenían que subirme el sueldo ni reconocer mi valía cuando tenían entrando por la puerta alumnos sin parar. Sin embargo, lo hicieron. Y estuve trabajando allí 2 de los años más felices de mi vida 🙂
No solo de suerte vive el hombre
Y después de este rollo, no sé muy bien qué conclusión sacar ni qué decirle a mi amiga para que no se rinda y siga luchando.
Lo que sí tengo claro es que aunque haya injusticias, aunque gente que no da un palo al agua progrese o gane más que tú, aunque veas que no consigues lo que quieres, nunca, nunca dejes de esforzarte.
Al final tu forma de trabajar habla de ti y de cómo eres y no debes renunciar a eso. No sabes con quién vas a toparte en el camino, ni quién puede verte currar y darte una oportunidad.
La realidad es que no siempre que trabajes duro vas a tener recompensa. Ni aquellos que se escaquean van a tener su “castigo”, eso del karma no siempre aplica. Pero sabiendo eso, intenta que al final del día, al mirarte en el espejo (vaya final sensiblero xD) estés orgulloso de quién eres y satisfecho con lo que has hecho. No es ningún consuelo, pero al menos no te pierdes a ti mismo en el camino.
A veces me pregunto cómo habría sido mi existencia sin todas esas personas que han ido apostando y creyendo en mí, pero no concibo haber vivido mi vida de otra forma que no sea peleando a muerte 😄💪🏻
Y eso es todo por hoy 🙂
Espero que te haya gustado y siéntete libre de comentar y/o compartirlo donde quieras.
Gracias por leerme 🙂
Me ha encantado tu enfoque. Sin adornos pero bien plasmado. Llevo tiempo dándole vueltas a hacer algo así. Pero nunca doy el paso.
Gracias.
Mil gracias!! Me alegro mucho de que te haya servido ^^