Hay muchas formas de comenzar un proyecto, pero si algo he aprendido en los últimos años es que muchas veces la manera en la que empiezas determina cómo va ir el proyecto y cómo va a acabar.
Esto no quiere decir que tengas que preverlo absolutamente todo, ni que durante el proyecto no se pueda ir dando solución a los problemas que surjan. Sin embargo, hay una serie de preguntas que si no se hacen al inicio, volverán para darte un ‘bocao’ en el culo y seguramente tendrán un impacto negativo en alguno de nuestros tres favoritos: tiempo, coste o alcance (y salud mental).
¿Cómo se inicia un proyecto?
Un proyecto tiene diferentes etapas, incluso algunas que van mucho antes de que llegue a ti como Product owner: captación, oferta, venta, etc.
Sea como sea, creo que es importante que alguien que conozca el producto o el sector al que se intenta vender, esté presente en estas etapas previas. Puede parecer una tontería pero este punto es clave para garantizar (o intentarlo , al menos) que lo que se vende es coherente y tiene sentido, especialmente de cara al equipo que luego va a realizar el trabajo.
En mi pasado oscuro como en el mundo del marketing digital viví muchas situaciones en las que se vendían un número de horas de mi perfil para un alcance concreto, sin ni siquiera consultarme. O incluso peor, te consultaban, tú estimabas, y como no encajaba en el presupuesto del cliente, bajaban las horas pero no el alcance… Y te veías haciendo malabares para hacer el trabajo de un mes en dos semanas… Mátame camión.
Tanto rollo para decirte que muchas veces, si tienes la oportunidad, viene bien meterte un poco más antes del inicio habitual del proyecto para un Product owner, porque puedes salvar muchas vidas y reducir el consumo de Redbull y diazepan del equipo xD
Pero bueno, yendo al meollo, una vez que se ha establecido la relación comercial con el cliente, y se ha identificado la necesidad y los objetivos, comienza para mí la fase más importante en la que se define lo que vamos a hacer.
La fase inicial o discovery o inception o como quieras llamarla
Esta fase me la he saltado yo ‘cienes y cienes’ de veces… Me conocen en mi empresa como la “– infinity” porque hundía los márgenes de los proyectos como el iceberg con el Titanic… (Y sí, los dos cabían en la tabla, una mala gestión de los recursos se llama eso xD).
Lo de llevar los proyectos por intuición y con el “ya iremos viendo” es una opción, pero los años me han enseñado que ates todo lo que puedas atar porque luego vienen curvas.
A ver, movidas va a haber siempre porque somos personas y los imprevistos ocurren. Entonces, como eso va a pasar y contamos con ello, todo lo que esté en tu mano controlar, prever y planificar desde el inicio, son pedruscos que te vas quitando del camino. Y de lo imprevisible ya nos encargaremos, pero al menos de lo otro te has librado.
Puntos clave de la fase de inception
Pues esta fase está pasa eso, para “sacar la mierda” a la luz. Para ello, estas son las cosillas que te recomiendo que trabajes antes de empezar el desarrollo en sí:
- Obtener requisitos funcionales y técnicos del cliente para saber el alcance de lo hay que hacer y plantear todas las dudas que haya al respecto. Más vale pasarse preguntando que quedarse corto y que venga el boomerang vengativo y nos dé en la cara xD
- Una vez que sabemos lo que hay que hacer, podemos determinar qué nos hace falta para hacerlo: personas, materiales, herramientas, etc. Si vas a necesitar los servicios de un especialista para una determinada tarea, aquí es donde debe aclararse.
- Conocer a todos los interlocutores implicados en el proyecto (tener claro quiénes toman decisiones, con quién trabajarás en el día a día, quién tiene que aprobar cada cosa, etc.)
- Tener reuniones con ellos para alinearos y ver qué necesitáis los unos de los otros y organizar dependencias.
- Solicitar documentación y todo lo que vayas a necesitar para trabajar, marcando deadlines claras de entrega y las consecuencias de no cumplirlas.
- Sentar las bases de la forma de trabajar del proyecto para ambas partes: metodología, entregables, vías de comunicación, compromisos y deberes, etc.
- Definir cómo se evaluará el resultado final, especificando los requerimientos de calidad que se van a exigir.
- Identificar riesgos, analizar la probabilidad de que ocurran y el impacto que pueden tener en el proyecto para definir un posible ‘plan B’.
- Es muy importante definir equipo, alcance, el tiempo de duración y los costes del proyecto, pero también es MUY importante pensar en lo que viene después (mi destrucción de proyectos viene en gran parte por no pensar en esto): ¿Cuándo se considera terminado el proyecto?, ¿qué pasa cuando se termina?, ¿se necesitan métricas o soporte?, ¿hay periodo de garantía, de UAT o de estabilización?, etc.
De esta fase debería salir un backlog a alto nivel del proyecto, una estimación / planificación aproximada y un documento con los acuerdos a los que se ha llegado.
Y por eso esta fase es clave, porque es donde se define tu futuro y lo jodidx que estarás jaja
Como se os pase una funcionalidad clave, una integración con no sé quién o meter tiempo de este o aquel perfil, eso volverá y provocará conversaciones incómodas, trabajo de negociación, retrasos, lloros y cagaleras varias…
Así que pon todo tu cariño en el inicio de un proyecto, para poder llegar vivx al final 🙂
Espero que te haya gustado y siéntete libre de comentar y/o compartirlo donde quieras.
Gracias por leerme 🙂