Esta pregunta puede parecer absurda pero es algo que siempre me ha dado en qué pensar.

¿De dónde viene esto de cerdo o gallina? (La cosa va últimamente de animales: patos, caballos, elefantes xD)

Hace muchos años, cuando ‘Anatomía de Grey’ solo tenia una temporada y no era aún el ‘Arrayán’ americano interminable que es hoy, había un capítulo en el que George O´Malley pensaba que en toda relación se puede ser cerdo o gallina, es decir, darlo todo como el cerdo o ir a lo fácil como la gallina que solo pone los huevos.

En vez de plantearlo en una relación, quiero reflexionar en este post acerca de esta animalada pero enfocándola en el trabajo.

Cuando descubres que eres extraordinaria

A lo largo de toda mi vida profesional siempre me he comportado como creía que debía hacerlo, esforzándome al máximo. Para mí eso siempre ha sido lo normal, no concebía otra forma de hacerlo y pensaba que los demás también actuaban de la misma forma.

Sin embargo, me di cuenta de que esto no era así en uno de mis primeros trabajos de prácticas.

Tras una entrevista grupal en la que dije que en otros trabajos había tenido que hacer de todo, hasta barrer cucarachas muertas, me seleccionaron para trabajar en el departamento de Marketing del parque temático sevillano Isla Mágica. Se trataba de unas prácticas remuneradas de aproximadamente unos 3 meses.

Yo entré con mucha ilusión porque era mi trabajo soñado en aquel momento: Era la primera que llegaba y la última que se iba; no me limitaba a hacer lo que tenía que hacer, sino que aportaba ideas y me implicaba más allá, etc. Como te decía, lo que yo consideraba normal.

Después de un mes de trabajo más o menos, me llamó el Director a su despacho y me dijo que habían decidido duplicarme el salario. Yo me quedé locker y cuando volví a mi mesa, le pregunté a mi responsable, entre lágrimas (algo muy propio en mí xD) que por qué habían hecho eso conmigo, que había más becarias y que yo no me lo merecía.

Mi responsable me dijo: «Bea, no eres consciente de lo que vales y de lo que hay por ahí fuera. Hemos tenido becarios que llegaban a las 12:00 de la mañana o que ni se presentaban, entre otras muchas cosas, y tú eres extraordinaria«.

Y ahí fue cuando caí en la cuenta de varias cosas:

• El esfuerzo, tarde o temprano, tiene su recompensa.
• No todo el mundo entiende el trabajo de la misma forma ni se implica igual, cosa que es respetable en cualquier caso.
• Tenía que dejar de llorar por todo xDDD (eso fue con 20 años y a los 35 casi lo he conseguido jajajaja)

 ¿Implicación o compromiso?

Yo supongo que esto va un poco por etapas. Hay momentos en los que el trabajo es lo más importante en tu vida y te vuelcas más, otros momentos en los que es una parte más junto con otras muchas u otros momentos en los que ni siquiera está entre las cosas más importantes.

Pero independientemente del momento de la vida en el que estés, tu forma de trabajar y de implicarte es la misma. Es decir, yo he tenido momentos de más o menos motivación en el curro, pero eso que hay dentro de mí de proponer, investigar, la creatividad, querer hacer las cosas bien… Nunca se ha ido, por muy quemada que estuviera.

Y es que son cosas que están en ti y que no se aprenden. Diariamente me encuentro con personas que actúan de la manera en la que les dicen que deben hacerlo. pero sin creérselo realmente. Spoiler: sale mal. Esa actitud no funciona porque al final tu verdadero ser sale a la luz.

Tú puedes hacer tu trabajo y hacerlo bien, cumplir tus horas e irte a casa, maravilloso. Pero hay un ‘​​Je ne sais quoi’ que lo tienes o no lo tienes. No sé cómo llamarlo, pero existe y lo veo todos los días en algunas personas. Es dar un paso más allá de solo implicarse a pasar a comprometerse.

Y no se trata de trabajar más horas que nadie, como hacía yo antes; ni de estar 24 horas pensando en el trabajo. Es más la manera de afrontar y enfocar lo que tienes que hacer, son pequeños detalles que marcan la diferencia entre el éxito o el fracaso.

Entonces, ¿qué soy?

Por eso creo que en realidad, mi respuesta hoy en día sería que ni cerdo ni gallina. Hace años habría dicho cerdo a tope porque era una workaholic de libro. Ahora creo que puedes trabajar bien y ser extraordinario en lo que haces, aportando un valor diferente al de los demás, sin tener que dar hasta el último gramo de tu ser como el cerdo o ir a lo fácil como la gallina. Ya lo comentaba en el post de las cosas que he aprendido como Product owner: no hay nada que sea tan importante en el trabajo como para dejar de lado tu vida.

No sé qué animal sería el término medio: ¿Cerdillina?, ¿Gallirdo? xD En cualquier caso, creo que se puede cumplir expediente y hacer bien tu trabajo, pero que si hay alguien que tiene ese compromiso de “ir más allá” hay que premiarlo de alguna manera, porque como diría Rachel de ‘Friends‘: «No es tan común, no le pasa a todos y sí que tiene importancia». 😛

Espero que te haya gustado y siéntete libre de comentar y/o compartirlo donde quieras.

Gracias por leerme